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jueves, 14 de marzo de 2024

AGES TRANS TOXINA ACELERADORA DEL ENVEJECIMIENTO.

AGES TRANS TOXINA ACELERADORA DEL ENVEJECIMIENTO.

LOS AGES TRANS FUNCIONAN COMO UNA TOXINA ACELERADORA DEL ENVEJECIMIENTO. 

ENFOQUE NUTRICIONAL ANTIENVEJECIMIENTO
 

POR: LIC. NUT. MIGUEL LEOPOLDO ALVARADO SALDAÑA
La salud y longevidad del cuerpo y la mente humana dependen de un maravilloso, intrincado y delicado universo de diversas sustancias químicas orgánicas. Entre las que se encuentran enzimas, hormonas, neurotransmisores, citoquinas, eicosanoides y miles de diversas substancias más. Algunos de estos compuestos orgánicos presentan una acción agónica y sinérgica entre si, y otras por el contrario realizan acciones antagónicas. El equilibrio entre la suma total de todas las acciones y reacciones sinérgicas, agónicas y antagónicas es necesario para mantener en perfecto estado de funcionamiento óptimo del metabolismo de los trillones de células que conforman el cuerpo humano.
Entre ese basto universo de biomoléculas y reacciones químicas, existe un conjunto de sustancias denominadas eicosanoides, derivados oxigenados de los ácidos grasos poliinsaturados de 20 carbonos de configuración cis-cis.
Un determinado perfil de eicosanoides y de su equilibrio en las células, evoluciona con la edad, y desde el nacimiento hasta la ancianidad sus concentraciones se van modificando, cambiando sus proporciones relativas, siguiendo un patrón ordenado y apropiado para mantener en armonía a las células para que estas se adapten adecuadamente a cada etapa y condición específica de la vida manteniendo en condiciones óptimas el funcionamiento fisiológico del cuerpo humano y la salud.
En la actualidad se ha identificado la existencia de más de 100 eicosanoides diferentes clasificados en 3 grupos, dependiendo del ácido graso de 20 carbonos del que se deriven. Los de la serie UNO que son los más benéficos para el cuerpo humano se sintetizan a partir del ácido dihomogammalinolénico (DGLA). Los de la serie DOS cuya producción excesiva resulta perjudicial se deriva del ácido araquidónico (AA). Y los de la serie TRES que contribuyen a neutralizar los efectos perjudiciales de los de la serie DOS cuando estos se producen en exceso, se derivan del ácido eicosapentaenoico (EPA).
Ahora se sabe de acuerdo a investigaciones científicas llevadas a cabo durante más 70 años que el cambiar arbitrariamente el aporte dietario de ácidos grasos esenciales (AGEs) y de sus derivados de 20 carbonos de configuración cis-cis precursores de los eicosanoides, por AGEs de configuración cis-trans, y/o artificialmente saturados, de manera parcial o total, deja como único sustrato biológicamente activo al AA.
El AA puede acumularse en el cuerpo humano en concentraciones anormalmente elevadas, provenientes de algunas grasas de origen animal y de algunas grasas vegetales como el cacahuate. Pero también el AA puede obtenerse de la conversión de los ácidos grasos GLA o DGLA, inducida por acción de la enzima delta 5 desaturasa. La actividad de la delta 5 desaturasa puede ser incrementada en exceso por una dieta muy elevada en carbohidratos, o bien por comer cualquier cantidad de carbohidratos refinados, como lo son todos los productos alimenticios que contienen azúcar y harina blanca.
La alteración artificial del perfil de ácidos grasos que forman parte de los compartimientos lipídicos de las células, da como resultado un desequilibrio en el sistema de eicosanoides, creando patrón anormal de los mismos, inclinando la balanza a la producción y acumulación de los derivados oxidados del ácido araquidónico (DOAAs), produciendo una cascada de reacciones químicas patológicas que afecta a todas las células y tejidos del cuerpo humano.
De esta manera, los efectos adversos de los AGTs se deben en parte, a un incremento anormal y patológico de la concentración de eicosanoides de la serie DOS derivados del AA más allá de los sus limites de seguridad, lo que acelera el deterioro y finalmente la muerte celular y el envejecimiento de los tejidos.
Cuando se logra que los eicosanoides de las tres series se mantengan debidamente balanceados, se conserva un estado óptimo de salud y un acrecentamiento de la esperanza de vida saludable. Pero cuando algún factor que altere el equilibrio eicosanoideo como el de la substitución de AGEs de configuración cis-cis, por los de configuración cis-trans en los alimentos industrializados, sobreviene un estado de degradación celular, de enfermedad crónicodegenarativa y de envejecimiento acelerado y prematuro. En ese sentido, los AGTs se desempeñan como una poderosa toxina desencadenante de diversas enfermedades crónicodegenerativas y aceleradora del envejecimiento, siendo los ácidos grasos poliinsaturados alterados por los procedimientos industriales el factor causal principal y subyacente.
Desde ésta perspectiva los AGEs de configuración cis-cis son elementos críticos en la nutrición, ya que no pueden ser sintetizados por el organismo humano, deben ser aportados por la alimentación en su configuración natural y no deben ser substituidos por AGEs de configuración cis-trans.
Los AGEs de configuración cis-cis, son necesarios para la producción de eicosanoides, substancias que controlan la homeostasis celular mediante la regulación directa e indirecta de enzimas fundamentales que intervienen en la mayoría de las rutas metabólicas celulares incluyendo el funcionamiento eléctrico, la elasticidad, la fluidez y la permeabilidad de las membranas celulares y subcelulares, la estructura interna de las células, el transporte intracelular, la funcionalidad de los receptores hormonales y de los canales de iones, la renovación proteínica, la expresión genética, así como la eficiencia y el ritmo del metabolismo energético aeróbico cuya función final es la síntesis de los enlaces cargados de energía llamados ATP.
Los AGEs de configuración cis-cis son necesarios para el mantenimiento de la estabilidad  homeostática y de las constantes biológicas, por lo que cualquier insuficiencia o desequilibrio en el suministro o alteración en su metabolismo perturbará de manera importante el buen desempeño fisiológico de todo el organismo.
No obstante lo anterior, la industria alimentaria ha forzado a la población a ingerir grandes cantidades de AGTs. Muchas personas consumen una gran variedad de alimentos que están de moda creyendo que le suministran a su cuerpo los valiosos e importantes ácidos grasos esenciales, en cantidades adecuadas para mantener su salud y su longevidad, sin estar conscientes de que están exponiendo a su organismo de las toxinas sumamente potentes y dañinas que son los AGTs.
La fuente principal de AGTs son los alimentos procesados en los que se agrega como ingredientes grasas vegetales industrializadas (refinadas), sean hidrogenadas, o no hidrogenadas.
Se la logrado detectar ácidos grasos trans y ácidos grasos parcial y/o totalmente hidrogenados, en proporciones fluctuantes, desde un 17 % en aceites vegetales, hasta un 97 % en cremas, margarinas, mantecas vegetales, mayonesas, y en los productos comestibles que contienen estos ingredientes.
La grasa de los productos de ganado vacuno y ovejuno llegan a contener de forma natural cuando mucho un 5 % de AGTs formados en los estómagos de los rumiantes, pero estos ácidos grasos tienen una estructura distinta a los que produce la industria alimentaria, y no son tóxicos como los producidos en la industrialización de los alimentos.
He aquí algunos ejemplos del % de AGTs en diversos alimentos:

En 1995 un grupo de directores de diversas industrias alimenticias en Estados Unidos publicó una lista elaborada por ellos, que muestra el contenido de AGTs en diferentes alimentos para que el consumidor pueda escoger la cantidad que desea consumir:

Tras varios años de investigación se encontró que en una dieta típica, su contenido fluctúa entre 10.9 hasta un 20 % del total de grasas totales consumidas, y que en gramos, el consumo oscila entre 7 hasta 60 gramos por día, por persona de AGTs. En Alemania el consumo se calculó en 3.4 gramos por día. En escocia en 7 gramos por día. En tanto en España es de los más bajos de 2.4 gramos por día.
En los lactantes se han encontrado en cantidades variables en sus fosfolípidos plasmáticos, pues se ha demostrado que los AGTs consumidos por la madre, se concentran en la leche materna atraviesan la barrera placentaria. En ocasiones desde el nacimiento o durante la lactancia se forman placas de ateroma en las arterias de los infantes provocadas por los ácidos grasos artificiales.
En las últimas décadas, diversos estudios clínicos y epidemiológicos han demostrado que los AGTs producen efectos adversos muy importantes sobre el estado de salud física y mental y predisponen a diversas enfermedades crónicodegenerativas. Actúan adversamente sobre las lipoproteínas plasmáticas, incrementan las LDL y disminuyen las HDL.
Un estudio recientemente publicado estima que en la población de Estados Unidos el riesgo de padecer enfermedad cardiovascular es un 96 % más alto cuando los AGTs remplazan tan sólo un 2 % de las calorías provenientes de los hidratos de carbono o de los AGEs de configuración cis-cis.
Los datos del estudio Fragmingham en Estados Unidos muestran así mismo que el riesgo de enfermedad cardiaca es significativamente mayor en personas que consumen margarina. Ha sido también comprobado que el desarrollo fetal y el crecimiento postnatal puede ser retardado debido al paso de ácidos grasos trans a través de la placenta.
Además de otras enfermedades degenerativas como causa de incapacidad y muerte que se asocian normalmente al envejecimiento y que pueden correlacionarse al consumo de AGTs, tan solo el infarto y el accidente cerebrovascular causan el 25 por ciento de las muertes que se producen en el mundo, cobrando alrededor de 12 millones de vidas por año en los países de Latinoamérica, la tasa de mortalidad por enfermedades cardiovasculares ocupa el 4to lugar de todo el mundo.
El mayor porcentaje de las víctimas tienen menos de 65 años. En vista del aumento actual de la esperanza de vida, estas muertes deberán ser consideradas como prematuras y evitables si se consumiera una alimentación saludable.
¿Quienes consumen actualmente AGTs?
Las personas que comen:
* Cualquier forma y tipo de aceites comerciales incluyendo los de canola, girasol, ajonjolí, pepita de uva y cualquier otro aceite poliinsaturado que haya sido extraído en caliente.
* Cualquier alimento frito con aceites comerciales y/o con aceites vegetales prensados en frío, pues al calentar estos aceites se producen AGTs.
* Aderezos hechos con aceites industrializados.
* Mayonesa elaborada con aceites industrializados.
* Margarina de cualquier tipo, aunque en su etiqueta aseguren fraudulentamente que no los tienen y que son ricas en ácidos grasos omegas o esenciales.
* Cremas vegetales y crema chantilly.
* Manteca vegetal.
* Quesos y cualquier otro tipo de producto comestible anunciado como "saludable" a los que se les ha agregado cualquier tipo de grasas o aceites vegetales industrializados.
* Cremas para café u otras bebidas.
Son innumerables los "productos comestibles", "saludables" o no, que contienen concentraciones de AGTs, suficientes para causar estragos en la salud y acelerar el envejecimiento.
Lic. Nut. Miguel Leopoldo Alvarado Saldaña.
Diplomado en: Nutrición (UIA), Nutrición y Antropometría Aplicada al Deporte (UIA), Nutrición Clínica y Bariatría (CMB), Medicina Natural (UIC), Medicina Antienvejecimiento (IMEL), Medicina Estética (IMEL), Estrategia en Recuperación Biológica (COMEREBI), Estética Medica (CMB). Instructor Certificado en Zone Perfect por Barry Sears, P h. D. Zone Perfect. Socio fundador de la "Asociación Mexicana de Medicina Antienvejecimiento" A. C. Fundador y presidente de la AHANAOA A. C.: "Asociación Hispano Americana de Nutriología Alternativa, Ortomolecular y Antienvejecimiento" A. C.

Ácidos grasos esenciales de configuración trans (AGEs trans)

 Ácidos grasos esenciales de configuración trans (AGEs trans)

Los AGEs de configuración trans se comportan como una toxina aceleradora del envenenamiento

Enfoque nutricional Antienvejecimiento

Por: Lic. Miguel Leopoldo Alvarado Saldaña

La salud y longevidad del cuerpo y la mente humana dependen de un maravilloso, intrincado y delicado universo de diversas sustancias químicas orgánicas. Entre las que se encuentran enzimas, hormonas, neurotransmisores, citoquinas, eicosanoides y miles de diversas substancias más. Algunos de estos compuestos orgánicos presentan una acción agónica y sinérgica entre si, y otras por el contrario realizan acciones antagónicas. El equilibrio entre la suma total de todas las acciones y reacciones sinérgicas, agónicas y antagónicas es necesario para mantener en perfecto estado de funcionamiento óptimo del metabolismo de los trillones de células que conforman el cuerpo humano.

Entre ese basto universo de biomoléculas y reacciones químicas, existe un conjunto de sustancias denominadas eicosanoides, derivados oxigenados de los ácidos grasos poliinsaturados de 20 carbonos de configuración cis-cis.

Un determinado perfil de eicosanoides y de su equilibrio en las células, evoluciona con la edad, y desde el nacimiento hasta la ancianidad sus concentraciones se van modificando, cambiando sus proporciones relativas, siguiendo un patrón ordenado y apropiado para mantener en armonía a las células para que estas se adapten adecuadamente a cada etapa y condición específica de la vida manteniendo en condiciones óptimas el funcionamiento fisiológico del cuerpo humano y la salud.

En la actualidad se ha identificado la existencia de más de 100 eicosanoides diferentes clasificados en 3 grupos, dependiendo del ácido graso de 20 carbonos del que se deriven. Los de la serie UNO que son los más benéficos para el cuerpo humano se sintetizan a partir del ácido dihomogammalinolénico (DGLA).

Los de la serie DOS cuya producción excesiva resulta perjudicial se deriva del ácido araquidónico (AA). Y los de la serie TRES que contribuyen a neutralizar los efectos perjudiciales de los de la serie DOS cuando estos se producen en exceso, se derivan del ácido eicosapentaenoico (EPA).

Ahora se sabe de acuerdo a investigaciones científicas llevadas a cabo durante más 70 años que el cambiar arbitrariamente el aporte dietario de ácidos grasos esenciales (AGEs) y de sus derivados de 20 carbonos de configuración cis-cis precursores de los eicosanoides, por AGEs de configuración cis-trans, y/o artificialmente saturados, de manera parcial o total, deja como único sustrato biológicamente activo al AA.

El AA puede acumularse en el cuerpo humano en concentraciones anormalmente elevadas, provenientes de algunas grasas de origen animal y de algunas grasas vegetales como el cacahuate. Pero también el AA puede obtenerse de la conversión de los ácidos grasos GLA o DGLA, inducida por acción de la enzima delta 5 desaturasa. La actividad de la delta 5 desaturasa puede ser incrementada en exceso por una dieta muy elevada en carbohidratos, o bien por comer cualquier cantidad de carbohidratos refinados, como lo son todos los productos alimenticios que contienen azúcar y harina blanca.

La alteración artificial del perfil de ácidos grasos que forman parte de los compartimientos lipídicos de las células, da como resultado un desequilibrio en el sistema de eicosanoides, creando patrón anormal de los mismos, inclinando la balanza a la producción y acumulación de los derivados oxidados del ácido araquidónico (DOAAs), produciendo una cascada de reacciones químicas patológicas que afecta a todas las células y tejidos del cuerpo humano.

De esta manera, los efectos adversos de los AGTs se deben en parte, a un incremento anormal y patológico de la concentración de eicosanoides de la serie DOS derivados del AA más allá de los sus limites de seguridad, lo que acelera el deterioro y finalmente la muerte celular y el envejecimiento de los tejidos.

Cuando se logra que los eicosanoides de las tres series se mantengan debidamente balanceados, se conserva un estado óptimo de salud y un acrecentamiento de la esperanza de vida saludable. Pero cuando algún factor que altere el equilibrio eicosanoideo como el de la substitución de AGEs de configuración cis-cis, por los de configuración cis-trans en los alimentos industrializados, sobreviene un estado de degradación celular, de enfermedad crónicodegenarativa y de envejecimiento acelerado y prematuro. En ese sentido, los AGTs se desempeñan como una poderosa toxina desencadenante de diversas enfermedades crónicodegenerativas y aceleradora del envejecimiento, siendo los ácidos grasos poliinsaturados alterados por los procedimientos industriales el factor causal principal y subyacente.

Desde ésta perspectiva los AGEs de configuración cis-cis son elementos críticos en la nutrición, ya que no pueden ser sintetizados por el organismo humano, deben ser aportados por la alimentación en su configuración natural y no deben ser substituidos por AGEs de configuración cis-trans.

Los AGEs de configuración cis-cis, son necesarios para la producción de eicosanoides, substancias que controlan la homeostasis celular mediante la regulación directa e indirecta de enzimas fundamentales que intervienen en la mayoría de las rutas metabólicas celulares incluyendo el funcionamiento eléctrico, la elasticidad, la fluidez y la permeabilidad de las membranas celulares y subcelulares, la estructura interna de las células, el transporte intracelular, la funcionalidad de los receptores hormonales y de los canales de iones, la renovación proteínica, la expresión genética, así como la eficiencia y el ritmo del metabolismo energético aeróbico cuya función final es la síntesis de los enlaces cargados de energía llamados ATP.

Los AGEs de configuración cis-cis son necesarios para el mantenimiento de la estabilidad  homeostática y de las constantes biológicas, por lo que cualquier insuficiencia o desequilibrio en el suministro o alteración en su metabolismo perturbará de manera importante el buen desempeño fisiológico de todo el organismo.

No obstante lo anterior, la industria alimentaria ha forzado a la población a ingerir grandes cantidades de AGTs. Muchas personas consumen una gran variedad de alimentos que están de moda creyendo que le suministran a su cuerpo los valiosos e importantes ácidos grasos esenciales, en cantidades adecuadas para mantener su salud y su longevidad, sin estar conscientes de que están exponiendo a su organismo de las toxinas sumamente potentes y dañinas que son los AGTs.

La fuente principal de AGTs son los alimentos procesados en los que se agrega como ingredientes grasas vegetales industrializadas (refinadas), sean hidrogenadas, o no hidrogenadas.

Se la logrado detectar ácidos grasos trans y ácidos grasos parcial y/o totalmente hidrogenados, en proporciones fluctuantes, desde un 17 % en aceites vegetales, hasta un 97 % en cremas, margarinas, mantecas vegetales, mayonesas, y en los productos comestibles que contienen estos ingredientes.

La grasa de los productos de ganado vacuno y ovejuno llegan a contener de forma natural cuando mucho un 5 % de AGTs formados en los estómagos de los rumiantes, pero estos ácidos grasos tienen una estructura distinta a los que produce la industria alimentaria, y no son tóxicos como los producidos en la industrialización de los alimentos.

He aquí algunos ejemplos del % de AGTs en diversos alimentos:

En 1995 un grupo de directores de diversas industrias alimenticias en Estados Unidos publicó una lista elaborada por ellos, que muestra el contenido de AGTs en diferentes alimentos para que el consumidor pueda escoger la cantidad que desea consumir:

Tras varios años de investigación se encontró que en una dieta típica, su contenido fluctúa entre 10.9 hasta un 20 % del total de grasas totales consumidas, y que en gramos, el consumo oscila entre 7 hasta 60 gramos por día, por persona de AGTs. En Alemania el consumo se calculó en 3.4 gramos por día. En escocia en 7 gramos por día. En tanto en España es de los más bajos de 2.4 gramos por día.
En los lactantes se han encontrado en cantidades variables en sus fosfolípidos plasmáticos, pues se ha demostrado que los AGTs consumidos por la madre, se concentran en la leche materna atraviesan la barrera placentaria. En ocasiones desde el nacimiento o durante la lactancia se forman placas de ateroma en las arterias de los infantes provocadas por los ácidos grasos artificiales.
En las últimas décadas, diversos estudios clínicos y epidemiológicos han demostrado que los AGTs producen efectos adversos muy importantes sobre el estado de salud física y mental y predisponen a diversas enfermedades crónicodegenerativas. Actúan adversamente sobre las lipoproteínas plasmáticas, incrementan las LDL y disminuyen las HDL.

Un estudio recientemente publicado estima que en la población de Estados Unidos el riesgo de padecer enfermedad cardiovascular es un 96 % más alto cuando los AGTs remplazan tan sólo un 2 % de las calorías provenientes de los hidratos de carbono o de los AGEs de configuración cis-cis.

Los datos del estudio Fragmingham en Estados Unidos muestran así mismo que el riesgo de enfermedad cardiaca es significativamente mayor en personas que consumen margarina. Ha sido también comprobado que el desarrollo fetal y el crecimiento postnatal puede ser retardado debido al paso de ácidos grasos trans a través de la placenta.

Además de otras enfermedades degenerativas como causa de incapacidad y muerte que se asocian normalmente al envejecimiento y que pueden correlacionarse al consumo de AGTs, tan solo el infarto y el accidente cerebrovascular causan el 25 por ciento de las muertes que se producen en el mundo, cobrando alrededor de 12 millones de vidas por año en los países de Latinoamérica, la tasa de mortalidad por enfermedades cardiovasculares ocupa el 4to lugar de todo el mundo.

El mayor porcentaje de las víctimas tienen menos de 65 años. En vista del aumento actual de la esperanza de vida, estas muertes deberán ser consideradas como prematuras y evitables si se consumiera una alimentación saludable.

¿Quienes consumen actualmente AGTs?
Las personas que comen:
* Cualquier forma y tipo de aceites comerciales incluyendo los de canola, girasol, ajonjolí, pepita de uva y cualquier otro aceite poliinsaturado que haya sido extraído en caliente.
* Cualquier alimento frito con aceites comerciales y/o con aceites vegetales prensados en frío, pues al calentar estos aceites se producen AGTs.
* Aderezos hechos con aceites industrializados.
* Mayonesa elaborada con aceites industrializados.
* Margarina de cualquier tipo, aunque en su etiqueta aseguren fraudulentamente que no los tienen y que son ricas en ácidos grasos omegas o esenciales.
* Cremas vegetales y crema chantilly.
* Manteca vegetal.
* Quesos y cualquier otro tipo de producto comestible anunciado como "saludable" a los que se les ha agregado cualquier tipo de grasas o aceites vegetales industrializados.
* Cremas para café u otras bebidas.
Son innumerables los "productos comestibles", "saludables" o no, que contienen concentraciones de AGTs, suficientes para causar estragos en la salud y acelerar el envejecimiento.

Lic. Nut. Miguel Leopoldo Alvarado Saldaña.
Diplomado en: Nutrición (UIA), Nutrición y Antropometría Aplicada al Deporte (UIA), Nutrición Clínica y Bariatría (CMB), Medicina Natural (UIC), Medicina Antienvejecimiento (IMEL), Medicina Estética (IMEL), Estrategia en Recuperación Biológica (COMEREBI), Estética Medica (CMB). Instructor Certificado en Zone Perfect por Barry Sears, P h. D. Zone Perfect. Socio fundador de la "Asociación Mexicana de Medicina Antienvejecimiento" A. C. Fundador y presidente de la AHANAOA A. C.: "Asociación Hispano Americana de Nutriología Alternativa, Ortomolecular y Antienvejecimiento" A. C.

viernes, 19 de enero de 2024

Efectos Deleterios de los Ácidos Grasos Trans en el Envejecimiento: Una Perspectiva Nutricional Antienvejecimiento

 **"Efectos Deleterios de los Ácidos Grasos Trans en el Envejecimiento: Una Perspectiva Nutricional Antienvejecimiento"**

*Por: Lic. Nut. Miguel Leopoldo Alvarado Saldaña*

La salud y longevidad del cuerpo y la mente humana están intrínsecamente ligadas a un complejo entramado de sustancias químicas orgánicas, como enzimas, hormonas, neurotransmisores, citoquinas y, especialmente, eicosanoides. El equilibrio entre estas sustancias es esencial para el funcionamiento óptimo del metabolismo celular.

Dentro de este vasto panorama, los eicosanoides, derivados oxigenados de ácidos grasos poliinsaturados de 20 carbonos con configuración cis-cis, juegan un papel crucial. Su perfil evoluciona con la edad, impactando en la armonía celular y el funcionamiento fisiológico del cuerpo humano.

Actualmente, se han identificado más de 100 eicosanoides clasificados en tres grupos según el ácido graso de 20 carbonos del que derivan. Aquellos de la serie UNO, sintetizados a partir del ácido dihomogammalinolénico (DGLA), son beneficiosos, mientras que los de la serie DOS (derivados del ácido araquidónico) pueden resultar perjudiciales en exceso. Los de la serie TRES, derivados del ácido eicosapentaenoico (EPA), neutralizan los efectos dañinos de la serie DOS.

Investigaciones científicas de más de 70 años indican que cambiar el aporte dietario de ácidos grasos esenciales (AGEs) y sus derivados de 20 carbonos de configuración cis-cis por AGEs de configuración cis-trans o saturados altera el equilibrio, dejando al ácido araquidónico (AA) como único sustrato biológicamente activo.

La acumulación anormal de AA, proveniente de grasas animales y vegetales como el cacahuate, o por la conversión de ácidos grasos GLA o DGLA, puede ocurrir debido a dietas ricas en carbohidratos refinados. Esta alteración artificial de los ácidos grasos genera un desequilibrio en el sistema de eicosanoides, inclinándolo hacia la producción y acumulación de derivados oxidados del AA, desencadenando reacciones patológicas en células y tejidos.

Los efectos adversos de los Ácidos Grasos Trans (AGTs) se atribuyen, en parte, al aumento patológico de eicosanoides de la serie DOS más allá de los límites seguros, acelerando el envejecimiento y la muerte celular.

El mantenimiento de un equilibrio adecuado entre los eicosanoides de las tres series es crucial para conservar una salud óptima y prolongar la esperanza de vida. Cualquier alteración en este equilibrio, como la sustitución de AGEs de configuración cis-cis por cis-trans en alimentos industrializados, lleva a la degradación celular, enfermedades crónicodegenerativas y envejecimiento prematuro.

Desde esta perspectiva, los AGEs de configuración cis-cis son esenciales en la nutrición, ya que no pueden ser sintetizados por el organismo humano y deben provenir de la alimentación en su forma natural, sin ser sustituidos por AGEs de configuración cis-trans.

A pesar de esto, la industria alimentaria ha impulsado el consumo masivo de AGTs, presentes principalmente en alimentos procesados con grasas vegetales industrializadas. Es esencial concientizar sobre los riesgos de estos compuestos tóxicos y promover una alimentación saludable.

En resumen, la investigación revela que los AGTs desempeñan un papel destacado como desencadenantes de enfermedades crónicas y aceleradores del envejecimiento, siendo los ácidos grasos poliinsaturados alterados por la industria alimentaria el factor subyacente. El llamado es a adoptar hábitos alimenticios conscientes para preservar la salud y la longevidad.

Lic. Nut. Miguel Leopoldo Alvarado Saldaña
Diplomado en: Nutrición (UIA), Nutrición y Antropometría Aplicada al Deporte (UIA), Nutrición Clínica y Bariatría (CMB), Medicina Natural (UIC), Medicina Antienvejecimiento (IMEL), Medicina Estética (IMEL), Estrategia en Recuperación Biológica (COMEREBI), Estética Medica (CMB). Instructor Certificado en Zone Perfect por Barry Sears, P h. D. Zone Perfect. Socio fundador de la "Asociación Mexicana de Medicina Antienvejecimiento" A. C. Fundador y presidente de la AHANAOA A. C.: "Asociación Hispano Americana de Nutriología Alternativa, Ortomolecular y Antienvejecimiento" A. C.

Los AGEs de configuración trans se comportan como una toxina aceleradora del envenenamiento

 Ácidos grasos esenciales de configuración trans (AGEs trans)

Los AGEs de configuración trans se comportan como una toxina aceleradora del envenenamiento

Enfoque nutricional Antienvejecimiento

Por: Lic. Miguel Leopoldo Alvarado Saldaña

La salud y longevidad del cuerpo y la mente humana dependen de un maravilloso, intrincado y delicado universo de diversas sustancias químicas orgánicas. Entre las que se encuentran enzimas, hormonas, neurotransmisores, citoquinas, eicosanoides y miles de diversas substancias más. Algunos de estos compuestos orgánicos presentan una acción agónica y sinérgica entre si, y otras por el contrario realizan acciones antagónicas. El equilibrio entre la suma total de todas las acciones y reacciones sinérgicas, agónicas y antagónicas es necesario para mantener en perfecto estado de funcionamiento óptimo del metabolismo de los trillones de células que conforman el cuerpo humano.

Entre ese basto universo de biomoléculas y reacciones químicas, existe un conjunto de sustancias denominadas eicosanoides, derivados oxigenados de los ácidos grasos poliinsaturados de 20 carbonos de configuración cis-cis.
Un determinado perfil de eicosanoides y de su equilibrio en las células, evoluciona con la edad, y desde el nacimiento hasta la ancianidad sus concentraciones se van modificando, cambiando sus proporciones relativas, siguiendo un patrón ordenado y apropiado para mantener en armonía a las células para que estas se adapten adecuadamente a cada etapa y condición específica de la vida manteniendo en condiciones óptimas el funcionamiento fisiológico del cuerpo humano y la salud.

En la actualidad se ha identificado la existencia de más de 100 eicosanoides diferentes clasificados en 3 grupos, dependiendo del ácido graso de 20 carbonos del que se deriven. Los de la serie UNO que son los más benéficos para el cuerpo humano se sintetizan a partir del ácido dihomogammalinolénico (DGLA).

Los de la serie DOS cuya producción excesiva resulta perjudicial se deriva del ácido araquidónico (AA). Y los de la serie TRES que contribuyen a neutralizar los efectos perjudiciales de los de la serie DOS cuando estos se producen en exceso, se derivan del ácido eicosapentaenoico (EPA).
Ahora se sabe de acuerdo a investigaciones científicas llevadas a cabo durante más 70 años que el cambiar arbitrariamente el aporte dietario de ácidos grasos esenciales (AGEs) y de sus derivados de 20 carbonos de configuración cis-cis precursores de los eicosanoides, por AGEs de configuración cis-trans, y/o artificialmente saturados, de manera parcial o total, deja como único sustrato biológicamente activo al AA.

El AA puede acumularse en el cuerpo humano en concentraciones anormalmente elevadas, provenientes de algunas grasas de origen animal y de algunas grasas vegetales como el cacahuate. Pero también el AA puede obtenerse de la conversión de los ácidos grasos GLA o DGLA, inducida por acción de la enzima delta 5 desaturasa. La actividad de la delta 5 desaturasa puede ser incrementada en exceso por una dieta muy elevada en carbohidratos, o bien por comer cualquier cantidad de carbohidratos refinados, como lo son todos los productos alimenticios que contienen azúcar y harina blanca.

La alteración artificial del perfil de ácidos grasos que forman parte de los compartimientos lipídicos de las células, da como resultado un desequilibrio en el sistema de eicosanoides, creando patrón anormal de los mismos, inclinando la balanza a la producción y acumulación de los derivados oxidados del ácido araquidónico (DOAAs), produciendo una cascada de reacciones químicas patológicas que afecta a todas las células y tejidos del cuerpo humano.

De esta manera, los efectos adversos de los AGTs se deben en parte, a un incremento anormal y patológico de la concentración de eicosanoides de la serie DOS derivados del AA más allá de los sus limites de seguridad, lo que acelera el deterioro y finalmente la muerte celular y el envejecimiento de los tejidos.

Cuando se logra que los eicosanoides de las tres series se mantengan debidamente balanceados, se conserva un estado óptimo de salud y un acrecentamiento de la esperanza de vida saludable. Pero cuando algún factor que altere el equilibrio eicosanoideo como el de la substitución de AGEs de configuración cis-cis, por los de configuración cis-trans en los alimentos industrializados, sobreviene un estado de degradación celular, de enfermedad crónicodegenarativa y de envejecimiento acelerado y prematuro. En ese sentido, los AGTs se desempeñan como una poderosa toxina desencadenante de diversas enfermedades crónicodegenerativas y aceleradora del envejecimiento, siendo los ácidos grasos poliinsaturados alterados por los procedimientos industriales el factor causal principal y subyacente.

Desde ésta perspectiva los AGEs de configuración cis-cis son elementos críticos en la nutrición, ya que no pueden ser sintetizados por el organismo humano, deben ser aportados por la alimentación en su configuración natural y no deben ser substituidos por AGEs de configuración cis-trans.
Los AGEs de configuración cis-cis, son necesarios para la producción de eicosanoides, substancias que controlan la homeostasis celular mediante la regulación directa e indirecta de enzimas fundamentales que intervienen en la mayoría de las rutas metabólicas celulares incluyendo el funcionamiento eléctrico, la elasticidad, la fluidez y la permeabilidad de las membranas celulares y subcelulares, la estructura interna de las células, el transporte intracelular, la funcionalidad de los receptores hormonales y de los canales de iones, la renovación proteínica, la expresión genética, así como la eficiencia y el ritmo del metabolismo energético aeróbico cuya función final es la síntesis de los enlaces cargados de energía llamados ATP.

Los AGEs de configuración cis-cis son necesarios para el mantenimiento de la estabilidad  homeostática y de las constantes biológicas, por lo que cualquier insuficiencia o desequilibrio en el suministro o alteración en su metabolismo perturbará de manera importante el buen desempeño fisiológico de todo el organismo.
No obstante lo anterior, la industria alimentaria ha forzado a la población a ingerir grandes cantidades de AGTs. Muchas personas consumen una gran variedad de alimentos que están de moda creyendo que le suministran a su cuerpo los valiosos e importantes ácidos grasos esenciales, en cantidades adecuadas para mantener su salud y su longevidad, sin estar conscientes de que están exponiendo a su organismo de las toxinas sumamente potentes y dañinas que son los AGTs.

La fuente principal de AGTs son los alimentos procesados en los que se agrega como ingredientes grasas vegetales industrializadas (refinadas), sean hidrogenadas, o no hidrogenadas.

Se la logrado detectar ácidos grasos trans y ácidos grasos parcial y/o totalmente hidrogenados, en proporciones fluctuantes, desde un 17 % en aceites vegetales, hasta un 97 % en cremas, margarinas, mantecas vegetales, mayonesas, y en los productos comestibles que contienen estos ingredientes.

La grasa de los productos de ganado vacuno y ovejuno llegan a contener de forma natural cuando mucho un 5 % de AGTs formados en los estómagos de los rumiantes, pero estos ácidos grasos tienen una estructura distinta a los que produce la industria alimentaria, y no son tóxicos como los producidos en la industrialización de los alimentos.

He aquí algunos ejemplos del % de AGTs en diversos alimentos:

En 1995 un grupo de directores de diversas industrias alimenticias en Estados Unidos publicó una lista elaborada por ellos, que muestra el contenido de AGTs en diferentes alimentos para que el consumidor pueda escoger la cantidad que desea consumir:

Tras varios años de investigación se encontró que en una dieta típica, su contenido fluctúa entre 10.9 hasta un 20 % del total de grasas totales consumidas, y que en gramos, el consumo oscila entre 7 hasta 60 gramos por día, por persona de AGTs. En Alemania el consumo se calculó en 3.4 gramos por día. En escocia en 7 gramos por día. En tanto en España es de los más bajos de 2.4 gramos por día.
En los lactantes se han encontrado en cantidades variables en sus fosfolípidos plasmáticos, pues se ha demostrado que los AGTs consumidos por la madre, se concentran en la leche materna atraviesan la barrera placentaria. En ocasiones desde el nacimiento o durante la lactancia se forman placas de ateroma en las arterias de los infantes provocadas por los ácidos grasos artificiales.
En las últimas décadas, diversos estudios clínicos y epidemiológicos han demostrado que los AGTs producen efectos adversos muy importantes sobre el estado de salud física y mental y predisponen a diversas enfermedades crónicodegenerativas. Actúan adversamente sobre las lipoproteínas plasmáticas, incrementan las LDL y disminuyen las HDL.

Un estudio recientemente publicado estima que en la población de Estados Unidos el riesgo de padecer enfermedad cardiovascular es un 96 % más alto cuando los AGTs remplazan tan sólo un 2 % de las calorías provenientes de los hidratos de carbono o de los AGEs de configuración cis-cis.

Los datos del estudio Fragmingham en Estados Unidos muestran así mismo que el riesgo de enfermedad cardiaca es significativamente mayor en personas que consumen margarina. Ha sido también comprobado que el desarrollo fetal y el crecimiento postnatal puede ser retardado debido al paso de ácidos grasos trans a través de la placenta.

Además de otras enfermedades degenerativas como causa de incapacidad y muerte que se asocian normalmente al envejecimiento y que pueden correlacionarse al consumo de AGTs, tan solo el infarto y el accidente cerebrovascular causan el 25 por ciento de las muertes que se producen en el mundo, cobrando alrededor de 12 millones de vidas por año en los países de Latinoamérica, la tasa de mortalidad por enfermedades cardiovasculares ocupa el 4to lugar de todo el mundo.

El mayor porcentaje de las víctimas tienen menos de 65 años. En vista del aumento actual de la esperanza de vida, estas muertes deberán ser consideradas como prematuras y evitables si se consumiera una alimentación saludable.

¿Quienes consumen actualmente AGTs?
Las personas que comen:
* Cualquier forma y tipo de aceites comerciales incluyendo los de canola, girasol, ajonjolí, pepita de uva y cualquier otro aceite poliinsaturado que haya sido extraído en caliente.
* Cualquier alimento frito con aceites comerciales y/o con aceites vegetales prensados en frío, pues al calentar estos aceites se producen AGTs.
* Aderezos hechos con aceites industrializados.
* Mayonesa elaborada con aceites industrializados.
* Margarina de cualquier tipo, aunque en su etiqueta aseguren fraudulentamente que no los tienen y que son ricas en ácidos grasos omegas o esenciales.
* Cremas vegetales y crema chantilly.
* Manteca vegetal.
* Quesos y cualquier otro tipo de producto comestible anunciado como "saludable" a los que se les ha agregado cualquier tipo de grasas o aceites vegetales industrializados.
* Cremas para café u otras bebidas.
Son innumerables los "productos comestibles", "saludables" o no, que contienen concentraciones de AGTs, suficientes para causar estragos en la salud y acelerar el envejecimiento.

Lic. Nut. Miguel Leopoldo Alvarado Saldaña.
Diplomado en: Nutrición (UIA), Nutrición y Antropometría Aplicada al Deporte (UIA), Nutrición Clínica y Bariatría (CMB), Medicina Natural (UIC), Medicina Antienvejecimiento (IMEL), Medicina Estética (IMEL), Estrategia en Recuperación Biológica (COMEREBI), Estética Medica (CMB). Instructor Certificado en Zone Perfect por Barry Sears, P h. D. Zone Perfect. Socio fundador de la "Asociación Mexicana de Medicina Antienvejecimiento" A. C. Fundador y presidente de la AHANAOA A. C.: "Asociación Hispano Americana de Nutriología Alternativa, Ortomolecular y Antienvejecimiento" A. C.

sábado, 6 de agosto de 2016

Indice

 Clayton College of Natural Health International

ÁCIDOS GRASOS TRANS

(CONTROVERSIA SOBRE LOS CRITERIOS Y DIRECTRICES OFICIALES RESPECTO A LOS

ÁCIDOS GRASOS TRANS)

Disertación (Tesis)

Que para completar los requisitos del Programa de Grado Universitario

N. D.: Doctorado en Naturopatía

Presenta:

Miguel Leopoldo Alvarado Saldaña

Índice

  1. Página principal
  2. INDICE
  3. ABSTRACT
  4. JUSTIFICACIÓN / PARTE 3 a 9
  5. PROLOGO
  6. INTRODUCCIÓN
  7. MARCO DE REFERENCIA
  8. LIPIDOS
  9. ÁCIDOS GRASOS ESENCIALES
  10. PROPIEDADES
  11. EICOSANOIDES
  12. DISCUSIÓN
  13. CONCLUSIONES
  14. RECOMENDACIONES
  15. CONSIDERACIONES
  16. GLOSARIO
  17. REFERENCIAS
  18. BIBLIOGRAFÍA
  19. CONTROVERSIA
  20. NOTAS COMPLEMENTARIAS
ÍNDICE (TABLA DE CONTENIDO)

0. Portada
1. Índice
2. Abstract
3 - 9. Justificación, Observación, Problema, Pregunta, Hipótesis, Objetivos y Método
10. Prologo
11. Introducción
12. Marco de Referencia
13. Ácidos Grasos Trans, Lípidos
14. Ácidos Grasos Esenciales
15. Propiedades Físicas, Químicas y Biológicas de los Ácidos Grasos Esenciales
16. Los Eicosanoides / Definición, Metabolismo, Clasificación y Papel Funcional
17. Discusión del Problema
18. Conclusiones
19. Recomendaciones
20. Consideraciones Especiales
21. Glosario
22. Referencia
23. Bibliografía24. NOTAS COMPLEMENTARIAS AHANAOA A. C.
 

Lic. Nut. Miguel Leopoldo Alvarado

viernes, 28 de noviembre de 2008

0 Portada

Clayton College of Natural Health International

ÁCIDOS GRASOS TRANS

(CONTROVERSIA SOBRE LOS CRITERIOS Y DIRECTRICES OFICIALES RESPECTO A LOS ÁCIDOS GRASOS TRANS)


Disertación (Tesis)

Que para completar los requisitos del Programa de Grado Universitario

N. D.: Doctorado en Naturopatía


Presenta:


Miguel Leopoldo Alvarado Saldaña

Número de estudiante:2225134

1 Índice

ÍNDICE (TABLA DE CONTENIDO)

  1. ÍNDICE (TABLA DE CONTENIDO)

  1. ABSTRACT

  1. JUSTIFICACIÓN

  1. OBSERVACIÓN

  1. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

  1. PREGUNTA

  1. HIPÓTESIS

  1. EXPLICACIÓN DE LA HIPÓTESIS

  1. OBJETIVO Y MÉTODO DE INVESTIGACIÓN

  1. PROLOGO

  1. INTRODUCCIÓN

  1. MARCO DE REFERENCIA (CONOCIMIENTOS PREVIOS Y FUNDAMENTOS TEÓRICOS)

  1. LOS LÍPIDOS

  1. ÁCIDOS GRASOS ESENCIALES

  1. PROPIEDADES DE FÍSICAS, QUÍMICAS Y BIOLÓGICAS DE LOS ÁCIDOS GRASOS ESENCIALES

  1. LOS EICOSANOIDES / DEFINICIÓN, METABOLISMO, CLASIFICACIÓN Y PAPEL FUNCIONAL

  1. DISCUSIÓN DEL PROBLEMA

  1. CONCLUSIONES

  1. RECOMENDACIONES

  1. CONSIDERACIONES ESPECIALES SOBRE ALGUNOS ÁCIDOS GRASOS ESPECÍFICOS

  1. GLOSARIO

  1. REFERENCIAS

  1. BIBLIOGRAFÍA

  1. NOTAS COMPLEMENTARIAS

2 Abastract

2. ABSTRACT

Título: ÁCIDOS GRASOS TRANS (CONTROVERSIA SOBRE LOS CRITERIOS Y DIRECTRICES OFICIALES RESPECTO A LOS ÁCIDOS GRASOS TRANS)

Autor: Miguel Leopoldo Alvarado Saldaña

Sabida es la importancia que para la salud tiene un correcto suministro de ácidos grasos poliinsaturados de configuración cis-cis, en sus formas moleculares biológicamente activas, y que los isómeros artificiales, originados durante los procesos de industrialización, y/o de su utilización culinaria, resultan tóxicos y nocivos para la salud.

Sin embargo, en las directrices y literatura oficiales respecto a esta temática, prevalecen confusiones y contradicciones que inevitablemente conducen a conclusiones y recomendaciones equivocadas. Afirmando por ejemplo, que los ácidos grasos poliinsaturados cis-trans (grasas trans), son lo mismo que los ácidos grasos hidrogenados, y que por lo tanto, los términos trans e hidrogenado, son sinónimos de una misma sustancia. Como consecuencia de dicha premisa falsa, se concluye que las grasas trans y las grasas hidrogenadas son el resultado de una misma causa, la hidrogenación, y que al prohibir la hidrogenación se suprimen de la dieta las grasas trans.

Para esclarecer el tema, y corroborar la veracidad o falsedad de tales afirmaciones, se revisó una muestra representativa de la literatura oficial y comercial, impresa y electrónica disponible, así como los ensayos de algunos prestigiados investigadores considerados como una autoridad mundial en este campo, entre otros a los doctores Hug Macdonald Sinclair, Catherine Kousmine y Johanna Budwig. Se hizo una recopilación sistematizada de las tesis en que se fundamentan las directrices oficiales, para corroborar su veracidad o falsedad, e identificar las premisas erróneas, y las hipótesis insostenibles por no resistir un riguroso análisis lógico y científico.

El tema se abordó desde una perspectiva amplia, partiendo de algunas ideas generales sobre la bioquímica del cuerpo humano y su relación con los nutrientes, siguiendo con la descripción de la problemática de los alimentos industrializados, para luego centrar la discusión en la adulteración de los ácidos grasos poliinsaturados como resultado de los procedimientos industriales, discutiendo a fondo los planteamientos oficiales, y las recomendaciones de moda.

Después de revisar con rigurosamente los criterios de identificación, clasificación y las causas de los distintos isómeros artificiales de los ácidos grasos poliinsaturados, se llegó a las siguientes conclusiones:

1.- Las grasas trans y las grasas hidrogenados, son estructuralmente diferentes, ambos isómeros artificiales son tóxicos y nocivos para la salud.

2.- Los términos trans e hidrogenado, no son sinónimos puesto que se refieren a moléculas estructuralmente distintas.

3.- Las causas que los producen son diferentes: las grasas trans son producto del contacto de los ácidos grasos con el calor, generándose a temperaturas a partir de los 45o C, ya sea durante el prensado de las semillas, durante la refinación, o durante su utilización culinaria.

4.- En consecuencia, la mayoría de los aceites y grasas comerciales que se ofrecen en el mercado aunque no estén hidrogenados contienen grasas trans, son tóxicos y no aptos para el consumo humano.

Como corolario y complemento se hacen una serie de consideraciones y recomendaciones respecto a los ácidos grasos poliinsaturados y a algunos aspectos complementarios.

3 a 9 I Parte

 

3. JUSTIFICACIÓN

 

Diversos estudios epidemiológicos muestran que en la misma proporción en que se ha ido generalizando la costumbre de utilizar aceites y grasas industrializadas en la preparación de los alimentos, se ha ido degradando la salud humana incrementándose con una relación directamente proporcional, las enfermedades crónicodegenerativas.

 

La explicación de esta correlación tiene su explicación en que los ácidos grasos esenciales (AGEs) de configuración estructural cis-cis biológicamente activos, son un elemento crítico e indispensable para el mantenimiento de la salud, y que al no poder ser sintetizados por el organismo humano, el cuerpo humano se ve obligado a obtenerlos forzosamente de sus alimentos. En caso de no obtenerse las cantidades y proporciones necesarias de AGEs, el ser humano se ve condenado a enfermar, y en casos de deficiencias severas, incluso a morir.

 

De acuerdo a los reportes de numerosos estudios clínicos y científicos, los ácidos grasos esenciales de configuración cis-cis son imprescindibles para mantener en óptimas condiciones la estabilidad, elasticidad, fluidez, permeabilidad selectiva y funcionalidad de las membranas internas y externas (membranas del protoplasma, citoplasma, mitocondrias, núcleo, organelos, etcétera), de los más de 100 billones de células que componen el cuerpo humano, factores de los que dependerá a su vez la estabilidad, permeabilidad y funcionalidad de todos los tejidos y órganos del organismo.

 

En efecto, como es sabido los AGEs (ácidos linoleico y alfalinolénico), son ácidos grasos poliinsaturados de 18 carbonos que deben obtenerse ya formados de los alimentos, porque el organismo humano no posee las enzimas desaturasas necesarias para introducir en las cadenas de carbono de los ácidos grasos saturados o monoinsaturados, las dobles ligaduras en la posición 3, para convertirlos en ácidos grasos poliinsaturados omega 3, y en la posición 6 para convertirlos en ácidos grasos poliinsaturados omega 6.

 

Sin embargo, el hombre si posee las enzimas elongasas y desaturasas necesarias para convertir los ácidos grasos esenciales de configuración cis-cis obtenidos de los alimentos (linoleico y alfa-linolénico), en ácidos eicosanoicos, sus derivados más largos (de 20 carbonos) y más insaturados, precursores directos de los eicosanoides, mediadores celulares implicados en numerosos mecanismos de comunicación y adaptación celular cuyo equilibrio es vital para mantener la homeostasis del organismo humano y de todos sus tejidos, órganos y aparatos.

 

Para que las enzimas mencionadas puedan utilizar como sustratos a los ácidos grasos esenciales, éstos deberán estar presentes, como ya lo mencionamos, en su configuración estructural natural, biológicamente activa, denominada cis-cis. Si en su lugar, introducimos a nutro organismo ácidos grasos cis-trans y/o parcial o totalmente hidrogenados, éstos bloquearán a las enzimas elongasas y desaturasas inactivándolas e impidiendo que realicen su trabajo, con el consecuente bloqueo de la síntesis de eicosanoides, produciendo un desequilibrio.

 

Éste fenómeno patológico provocado por los ácidos grasos de origen industrial, altera gravemente la estabilidad, elasticidad, fluidez y permeabilidad selectiva de las membranas celulares, impidiendo el correcto recambio de sustancias del interior al exterior del medio celular y viceversa. Lo cual provoca desnutrición, hipoxia, e intoxicación celular. Cuando las células hayan sufrido por este mecanismo daños irreparables, se irán degenerando gradualmente, arruinándose hasta quedar inviables y finalmente morir.

 

El problema es que aunque diversos investigadores independientes han establecido que los aceites y las grasas industrializadas son altamente nocivas para la salud, y que las autoridades sanitarias han reconocido que los ácidos grasosos artificiales (los ácidos grasos cis-trans y los ácidos grasos hidrogenados), son nocivos para la salud, se han divulgado y acreditado ideas confusas sobre las cuales se han establecido los criterios generales, directrices y recomendaciones oficiales sobre las grasas trans.

 

Este hecho ha dado origen a un estado de generalizado de confusión, por lo que se hace necesario discernir e identificar con claridad y precisión los aspectos teóricos sobre los que se han edificado dichos criterios y directrices oficiales, y definir claramente que productos alimenticios contienen cada uno de los dos ácidos grasos artificiales (cis-trans y parcial o totalmente hidrogenados), para evitarlos y recomendar especialmente a los enfermos y a quienes tienen mayores riesgos de enfermedad, consumir con exclusividad, aceites crudos prensados en frió, sin refinar, y por lo tanto ricos en ácidos grasos esenciales de configuración cis-cis, biológicamente activos, antioxidantes y otros nutrientes y fotoquímicos que protegen la salud del consumidor.

 

 

4. OBSERVACIÓN

 

No obstante la existencia de referencias en la literatura sobre aceites y grasas que indican lo contrario, durante los últimos años se ha generalizado la idea errónea de que si se elimina el proceso de hidrogenación en la cadena de procedimientos industriales, el producto final dejará de tener ácidos grasos cis-trans (grasas trans), por lo que será apto para su consumo, y beneficioso para la salud humana. Como se explicará en esta disertación, los ácidos grasos poliinsaturados (tanto los clasificados como esenciales: el linoleico y el alfalinolénico, como sus derivados) son indispensables para el sostenimiento de la vida, la salud y para recuperarla si ésta se ha perdido.

 

Por lo tanto, para que los ácidos grasos poliinsaturados cumplan con su función de ácidos grasos esenciales en las membranas celulares, en las lipoproteínas, como precursores de los eicosanoides, así como en otras importantes y diversas funciones orgánicas, deberán estar presentes en su forma natural, que es la única biológicamente activa, denominada cis-cis, tal como solo se encuentran en los aceites vegetales extraídos en frío, sin refinar, y utilizados crudos, sin calentar.

 

Sin embargo, debido a la forma en que actualmente se extraen y refinan por la industria aceitera y a la forma en que se utilizan por la industria alimentaria, restaurantera y en la preparación de alimentos en los hogares, la mayoría de los aceites poliinsaturados y grasas vegetales que se encuentran en el mercado, y los alimentos a los que se les agregan, contienen una elevada proporción de sus moléculas de ácidos grasos poliinsaturados alterados, con formas químicas artificiales y biológicamente inactivas, que no solo no cumplen con su papel de ácidos grasos esenciales y de precursores de los eicosanoides, sino que además incrementan artificialmente la necesidad de estos, agravando los problemas causados por insuficiencias previas.

 

 

5. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

 

Después de décadas de candente debate y resistencia, ante la demostración contundente e irrebatible, no han tenido más remedio a las autoridades sanitarias que reconocer que los ácidos grasos poliinsaturados cis-trans, son severamente nocivos para la salud humana, por lo cual deben ser prohibidos y suprimidos de los alimentos.

 

No obstante, en casi la totalidad de los tratados, libros de consulta, artículos científicos, textos de las leyes, reglamentos, directrices y recomendaciones oficiales que abordan el tema de las grasas trans (ácidos grasos cis-trans), de una manera persistente se afirma lo siguiente: Los ácidos grasos hidrogenados, son lo mismo que los ácidos grasos cis-trans. Uniformemente se sostiene que los que los ácidos grasos poliinsaturados a los cuales se les incorpora en sus dobles enlaces átomos de hidrogeno (procedimiento denominado hidrogenación), y se les denomina ácidos grasos hidrogenados, son estructuralmente lo mismo que los ácidos grasos poliinsaturados cis-trans, y que los dos son el resultado de una misma causa. Según esta postura oficial, ambos son producto del proceso de hidrogenación.

 

En innumerables textos oficiales se afirma y se repite insistentemente que los ácidos grasos poliinsaturados hidrogenados y los ácidos grasos poliinsaturados cis-trans, son lo mismo, que esos dos términos, son solo sinónimos, sin existir diferencias ni estructurales, ni en las causas que los originan.

 

Esa creencia conduce a deducir erróneamente, que si tanto los ácidos grasos hidrogenados, como los ácidos grasos cis-trans, son lo mismo y producidos por la hidrogenación, al suprimir la hidrogenación, los aceites, las grasas industrializadas y los alimentos que las contengan, quedarán libres de grasas trans.

 

En casi la totalidad de los textos consultados se insiste que los ácidos grasos cis-trans, son los mismo que los ácidos grasos hidrogenados, y se razona: luego entonces, si eliminamos la hidrogenación, se eliminan las grasas trans, y los aceites industrializados no solo dejan de ser nocivos, sino que resultarían saludables y benéficos para el cuerpo humano.

 

En algunos textos aunque de una manera confusa, se dice que los ácidos grasos cis-trans son estructuralmente distintos a los hidrogenados, pero contradictoriamente, se sostiene que ambos, son producidos por la hidrogenación, y en consecuencia, al suprimir la hidrogenación, se suprimen los ácidos grasos cis-trans.

 

Estas creencias han llevado a las autoridades de algunos países y también de algunas ciudades como New York, a prohibir a los restaurantes la utilización de aceites hidrogenados, argumentando que con esa medida se libera a los consumidores de los ácidos grasos cis-trans; también ha conducido a que los fabricantes de alimentos utilicen aceites poliinsaturados no hidrogenados, pero procesados en caliente y refinados, y a que en sus etiquetas indiquen que los “alimentos” así producidos, se encuentran libres de grasas trans.

 

No obstante, la explicación anterior, al revisar los tratados de bioquímica y química de los alimentos se puede apreciar con toda claridad y precisión que los ácidos grasos hidrogenados y los ácidos grasos poliinsaturados cis-trans, tienen estructuras químicas diferentes, que no son lo mismo, y que aunque los dos son nocivos para la salud, ambos son moléculas distintas.

 

De manera extraña y confusa, en la misma literatura resulta poco claro por qué se producen los ácidos grasos cis-trans, y si la causa que los origina es la hidrogenación, o si existe otra causa diferente.

 

No obstante la información incompleta, errónea o contradictoria, que mayoritariamente prevalece en la literatura oficial, una explicación contundente y satisfactoria fue localizada en los artículos y libros de Macdonald Hugh Sinclair, Johanna Budwig, Catherine Kousmine, y de la Fundación Médica Kousmine. De acuerdo a las investigaciones e informes de los autores mencionados, resulta claro que los ácidos grasos poliinsaturados de configuración cis-trans, son estructuralmente distintos a los hidrogenados, y que son producidos ambos por diferentes causas. Los ácidos grasos hidrogenados son el resultado de la incorporación de moléculas de hidrogeno en sus dobles enlaces (lo que destruye sus dobles ligaduras y aumenta su grado de saturación), y los ácidos grasos cis-trans son originados por el calor, cuando las temperaturas que son expuestos excedan los 45º C. Los ácidos grasos hidrogenados dejan de ser poliinsaturados, y los ácidos grasos cis-trans siguen siendo poliinsaturados, aun cuando, ambos son severamente tóxicos.

 

En consecuencia, todos los aceites y grasas que contienen ácidos grasos poliinsaturados, tratados con calor durante su industrialización o su utilización culinaria, aunque no estén hidrogenados, por su contenido de ácidos grasos cis-trans, son severamente tóxicos, nocivos para la salud y no aptos para el consumo humano.

 

Adicionalmente, la refinación incrementa la toxicidad de los aceites y grasas al despojarlos de una extensa diversidad de nutrientes que los acompañan en sus fuentes naturales, tales como vitaminas, minerales, aminoácidos, lecitina, esteroles, fotoquímicos antioxidantes y fibras, necesarios para su digestión y utilización metabólica en el cuerpo humano.

 

Por lo tanto, el propósito de esta disertación es aclarar que todos los aceites y las grasas que contengan ácidos grasos poliinsaturados y que sean tratadas con calor durante su obtención, industrialización, o utilización culinaria, aunque no estén hidrogenadas, son severamente tóxicas.

 

 

6. PREGUNTA

 

¿Los aceites vegetales poliinsaturados no hidrogenados pero procesados a temperaturas superiores a los 45º C, carecen de ácidos grasos cis-trans, y son capaces de satisfacer las necesidades de ácidos grasos esenciales y sus derivados biológicamente activos necesarios para mantener la salud?

 

 

7. HIPÓTESIS

 

Solamente los aceites poliinsaturados obtenidos en frío, sin refinar, conservados protegidos de la luz, el oxígeno y el calor, y utilizados crudos, son beneficiosos para la salud.

 

Todas las grasas y los aceites poliinsaturados obtenidos, procesados o utilizados a temperaturas superiores a los 45º C y/o refinados, son nocivos para la salud; los aceites y grasas con ácidos grasos poliinsaturados, sometidos durante su industrialización, o su utilización culinaria para cocinar o freír alimentos, a temperaturas superiores a los 45º C, aunque no sean hidrogenados, contendrán (además de otras sustancias tóxicas), variables concentraciones de ácidos grasos cis-trans, cuyos efectos tóxicos, los hacen no aptos para el consumo humano.

 

 

8. EXPLICACIÓN DE LA HIPÓTESIS

 

Para que un aceite poliinsaturado sea apto para el consumo humano deberá ser extraído en frió, sin haber entrado en contacto con temperaturas superiores a los 45 grados centígrados, y utilizado crudo. Solamente así conservará sus ácidos grasos esenciales en su forma biológicamente activa y serán aptos para ser consumidos, mantener la vida y la salud humana.

 

Todos los aceites poliinsaturados que hayan entrado en contado con temperaturas superiores a los 45 grados centígrados se convertirán en tóxicos y no aptos para su consumo, pues no lograran mantener la salud y la vida humana, aunque, no se hayan hidrogenado.

 

En los aceites poliinsaturados prensados o procesados a una temperatura superior a los 45 grados centígrados, aunque no se hidrogenen, habrá una proporción importante de ácidos grasos cis-trans, biológicamente inactivos y no aptos para el consumo, la salud y la vida humana.

 

Los ácidos grasos poliinsaturados biológicamente inactivos presentes en los aceites y grasas industrializadas y en los alimentos a los que se les agregan, son actualmente, una de las principales causas de la decadencia generalizada de la salud humana y de las enfermedades crónicodegenerativas de mayor incidencia en la actualidad.

 

Para recuperar la salud y para mantenerla en condiciones óptimas, se requiere un suministro suficiente y equilibrado de ácidos grasos esenciales biológicamente activos, de configuración cis-cis, tal como solo se encuentran en los aceites crudos obtenidos en frío y sin refinar.

 

Al excluir del proceso de hidrogenación a los aceites poliinsaturados, se eliminan las moléculas de ácidos grasos, parcial y/o totalmente hidrogenados, lo cual es un buen paso para mejorar la nutrición humana, pero no se eliminan los ácidos grasos de configuración cis-trans que son nocivos para la salud.

 

Todos los aceites y grasas industrializadas, y todos los productos preparados con estos aceites y grasas, contendrán importantes y variables concentraciones de de ácidos grasos cis-trans, aunque en sus etiquetas digan: ácidos grasos trans = 0

 

En consecuencia, para recuperar y fortalecer la salud, deberá evitarse por completo el consumo de aceites obtenidos y procesados en caliente, por ser nocivos para la salud; y deberá fomentarse el consumo de aceites crudos, sin refinar y solamente para ser consumidos crudos, sin calentar.

 

 

9. OBJETIVO Y MÉTODO DE INVESTIGACIÓN Y DISCUSIÓN

 

Considerando como falsas algunas de las principales premisas utilizadas en los razonamientos en que se fundamenta la literatura, directrices y recomendaciones oficiales sobre los ácidos grasos poliinsaturados, las conclusiones y las recomendaciones que de ellas emanan, son también falsas y por lo tanto adversas para la salud.

 

Uno de los propósitos principales de esta disertación es demostrar que esos razonamientos son erróneos, siendo entonces, falacias cuyas conclusiones falsas dañan, confunden y potencialmente, pueden dañar la salud de quien las aplique.

 

En consecuencia, el procedimiento utilizado en la elaboración de esta disertación, será una revisión de la literatura (investigación bibliográfica) disponible sobre las grasas trans, para realizar un riguroso análisis lógico de los términos y premisas en que se fundamentan los razonamientos, las conclusiones y las directrices oficiales.